En Egipto, la medicina y la religión estaban íntimamente unidas, donde la enfermedad era la manera en que los dioses mostraban su enojo hacia la actitud de la persona en cuestión.
En Grecia, por ejemplo, creían que el cuerpo estaba dividido en varias partes y que cada parte era gobernada por un Dios, así que invocaban al Dios de esa parte del cuerpo.
Si retornamos hacia nuestros orígenes, podemos saber por los escritos (hace tres mil años antes de Cristo) de Grecia, Egipto, Mesopotamia, India, China, Roma (por nombrar algunos), que todos tienen algo en común y es relacionar sus creencias religiosas con las enfermedades.
La mezcla de los elementos es producida por dos fuerzas cósmicas, el Amor y el Odio. En la biblia, uno de los libros más antiguos de la historia, se habla de esta fuerza, de esta energía a la que llamamos Amor, “en el capítulo 4 versículo 8 primera de Juan está escrito Dios es Amor”
Ha llegado el momento de detenernos y reflexionar, para observar que camino hemos elegido y si este nos lleva hacia la autorrealización. Si tu respuesta es afirmativa entonces ¡en hora buena!, pero si no, ¡detente! ¡Reflexiona!, es el momento de retroceder, aun es tiempo de recorrer este camino en armonía con los elementales, realmente es algo maravilloso tener contacto con ellos...Con los elementales, ya que cada uno en su forma está ahí para ayudarnos de múltiples formas nutriendo nuestros cuerpos físicos, mental, y espiritual.
Es preciso que despertemos y miremos a nuestro interior y nos preguntemos si realmente tenemos lo que queremos o si es una simple ilusión y seguimos en la batalla con la esperanza de alcanzar el bienestar, el equilibrio, la felicidad.
Los jóvenes respondieron somos el espíritu de los elementales, fuego, aire, agua, tierra.
El hombre los miro con asombro y volvió a preguntar
Porque estamos en la tierra para ayudar al hombre, pero este no quiere nuestra ayuda, no nos llaman y en todo momento nos rechazan. En otros tiempos éramos bien venidos, pero hace ya mucho tiempo que se han olvidado de nosotros.
Pero el hombre, en su ansia de poder por conquistar y dominar, lo destruye todo sin darse cuenta que se está destruyendo así mismo. El hombre ha olvidado sus orígenes alejándose cada vez más de su verdadera esencia y acercándose cada vez más hacia su propia destrucción como ser humano. Por poner un ejemplo, todos sabemos que nuestro organismo necesita sustancias nutritivas para poder vivir y que el 95% de la alimentación proviene de los vegetales y esto no es un mito, es nuestra realidad, por mucho que nos esforcemos en creer o ignorar esta verdad, de nada vale creernos que las verduras salen del frigorífico, que las legumbres vienen de la despensa, esta realidad que nos estamos creyendo nos esta llevando por el camino hacia la extinción, ya que cada día nuestro organismo se va deteriorando con mayor rapidez. Muchos avances pueden crear la ciencia de hoy en día pero de nada vale si en un esfuerzo por creernos omnipotentes, destruimos la raíz que nos da el sustento. Todas las culturas han dejado constancia de su relación con la naturaleza, Creando un vínculo alrededor de un árbol por ejemplo:
Los Celtas adoraban el roble e incluso su calendario está relacionado con los árboles.
Los chinos adoraban el melocotón y los Griegos el manzano, los Africanos el baobab, en el antiguo Egipto la acacia, en Mesopotamia el álamo.
El ciprés es considerado sagrado ya que el arca de Noé y parte del templo de Salomón se construyó con esta madera.
En China la madera está relacionada con el cuerpo, representando la Vesícula biliar y el hígado, a nivel mental la madera está relacionada con las emociones de cólera, ira, violencia; y a nivel psíquico con la flexibilidad, la generosidad.
En América los pueblos indígenas consideran los árboles sagrados ya que pueden cobijarse bajo su sombra, ellos hablan de que si se alejan de los árboles pierden la orientación, la seguridad.
Nuestros ancestros nos enseñaron que la vida del Árbol es la vida del ser humano. Si el hombre se aparta mucho de la seguridad del Árbol, y si olvida comer sus frutos, o si se vuelve contra el Árbol y trata de destruirlo (actualmente está sucediendo), una gran tristeza caerá sobre él, olvidando el conocimiento, la sabiduría, la ilusión el amor, olvidando sus orígenes, olvidando esa parte divina que lo conecta al univers,o a la energía, perdiéndose a sí mismo y dañando todo lo que toca o está a su alrededor, contaminándolo con sentimientos llenos de odios, ira y tristeza.
Los frutos del Árbol es la información que la Energía Suprema ha dejado al hombre: el conocimiento.
La naturaleza nos invita a retornar a recapacitar, a dejar la soberbia a un lado y verlos con sinceridad, con transparencia, con humildad, para reponer el equilibrio y recuperar nuestro bienestar, nuestra salud. Es tan sencillo como acercarnos a un niño y tenderle la mano. Ya que el espíritu o elemental del árbol es esa energía que nutre nuestro espíritu, nos guía hacia la victoria para alcanzar el conocimiento.
Para muchas personas lo que escribo a continuación no les es desconocido por que lo han experimentado, y es el hecho de que cuando le hablamos a las plantas estas son felices y nos dan mejores flores y frutos.
El botánico T. C. Singh expuso una planta acuática a los tonos de un diapasón. Normalmente, esta planta produce un chorro de protoplasma sólo en las tardes. Dr. Singh halló que la música podía inducir a la planta a producir protoplasma en cualquier momento del día. Singh también expuso una variedad de especies a la música del sur de India, un violín con frecuencias que van en un rango de 100 a 600 Hz, y determinó que el crecimiento de las plantas se había incrementado. El ingeniero canadiense Eugene Canby expuso plantas de trigo a ciertas grabaciones con música clásica y reportó un incremento en el crecimiento del 66%. Unos años más tarde, la científica Dorothy Retallack descubrió que las frecuencias de alrededor de 5.000 Hz eran más efectivas para inducir al crecimiento de las plantas. La música clásica de los compositores europeos de los siglos XVIII y XIX y selecciones de la música del norte de India con la cítara arrojaron buenos resultados en el crecimiento de las plantas; por el contrario, el rock y selecciones de compositores del siglo XX ocasionaron que las plantas se alejaran de los altavoces, se atrofiaran e incluso...murieran.
El ejemplo anterior es investigación con música, pero debemos tener en cuenta que la música es sonido y que nuestra voz es sonido así que da igual si le pones música o les hablas, los elementales te entenderán.
Les propongo esta pequeña práctica es muy buena para aquellas personas que quieran sentir la dicha de ponerse en contacto con el elemental del árbol.